Me gustó esta frase de Séneca, precisamente porque, a diferencia de los que se autoconsideran filosofos profundos, elevadores pensadores y descubridores de los grandes misterios de la vida, indica que la vida aunque sea compleja, puede hacerse simple a través de la palabra bien pronunciada, oportuna, sabia, moderada y reflexionada.
Este texto quiero dedicarlo a las personas sinceras, a las que dicen "esto no me gusta" "esto me molesta" "con esto no estoy de acuerdo". Esos odiosos, esos repugnantes y atentos observadores que dicen lo que sienten y lo que piensan y sin cuya presencia nuestra sociedad no sería sino una manada ingente de hipócritas.
No me molestan los políticos mañosos decia Einstein, sino el pueblo haragán que se sienta a mirar lo que ocurre sin hacer nada.
Parece que la posición más comoda es la de culpar a los demás, los estudiantes modernos no pierden las clases por haraganas, sino por tener malos maestros, los diputados no roban porque son ladrones, sino porque el pueblo "de todos modos" no agradece su trabajo, los periodistas reciben mordidas de los alcaldes y diputados para callar información importante y claro, no es culpa de ellos, la situación asi los obliga, de lo contrario ellos serían personas honradas y decentes. Pregunto, como funciona asi un país donde nadie está en su lugar, donde nadie reconoce la propia falta pero mira la paja en el ojo de los demás, cómo se le puede reclamar a Dios que haga justicia, si cuando está en nuetras manos hacerla, no la hacemos.
Asi no es la cosa mis amigos, sin seguimos siendo parte del enorme grupo de "victimas" que sufren irremediablemente las consecuencias de lo que otros hacen, entonces nunca seremos, como decia el gato Quiroa, una Guatebuenita. Hagamos de esta Guatelinda un país más verde, más bonito, más justo, más equitativo, más productivo, más educado, más digno de ser llamado "mi patria".
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